sábado, 29 de septiembre de 2012

Trilogía del Fin del Mundo - Parte I - Ciudadano Bane



¡SPOILER! A lo largo de esta entrada hablaré sobre la trilogía de Batman realizada por Christopher Nolan y protagonizada por Christian Bale, así que si no las has visto deja de leer y ¡PONTE A VERLAS YA!

Antes de empezar (y por si el Preludio no lo había dejado claro) esta trilogía va, a groso modo, de que el mundo está tan hecho mierda que ya va siendo hora del final. Bueno, en realidad con “el mundo” me refiero a la raza humana. En esta primera parte el protagonista de la entrada será el villano de la tercera película de la trilogía de Nolan del Hombre-murciélago: Bane.
Cuando supe que el malo sería Bane me pregunté: ¿Y ese quién es? Y es que, en realidad, aun soy bastante inculto en la mitología batmaniense y conozco a los principales villanos.
Tras su visionado la conclusión fue buena, peliculón, aunque un poco por debajo de la magistral segunda parte. Eso sí, lo que más me gustó fue el sorprendente villano, un maromo que a base de palos acaba con el orden social establecido en Gothan. Bane lleva a cabo una revolución para “devolver Gothan al pueblo” y derrocar a los poderosos que han convertido el mundo en un lugar decadente y se dedica a matar a ricos y poderosos (todos ellos corruptos, evidentemente). Esto hace que el villano pueda simpatizar con el espectador actual, afectado por la crisis provocada por esos hijos de la gran puta pero sufrida por los de siempre.
Pero he aquí la cuestión, lo de Bane es una mentira, al final va a reventar la ciudad con una bomba, y a parte, por “ciudadanos” se ve que él entiende “criminales presidiarios”, entonces no cae tan bien como podría. Por otro lado Batman realmente no es un justiciero, no lucha por la justicia, si no por la ley. Un conflicto reiterativo a lo largo de los comics del Caballero Oscuro (y también de Superman) es el hecho de que tiene unos valores demasiado fuertes: NO MATA, solo detiene a los criminales. Y estos, aprovechándose de un sistema judicial nefasto acaban, de una manera u otra, volviendo a las andadas tarde o temprano. Por lo que en esta película Batman no es más que un guardián del estatus social establecido, un guardaespaldas de los mandamases, en definitiva, un policía antidisturbios con cachivaches muy caros. Por eso Bane tiene que ser así de malvado, porque si no preferiríamos que muriera Batman.

Después de esta introducción vamos al siguiente punto de la entrada: El partido Betis – At. Madrid que se disputó antes de ayer (27-9-2012). Odio el fútbol, pero si ves las noticias algo de este deporte pillas seguro y para mi sorpresa vi este video. En él se aparece una pelea de descerebrados, uno con camiseta blanca y otro con uniforme, donde la superioridad numérica impone la victoria. Al verlo no he podido sentir más que una enorme frustración porque, como siempre, la violencia solo se utiliza inútilmente.
Mi pregunta es, por qué ese tío con dos cojones. Ese hombre que, ante cinco tíos armados con porras, en lugar de huir o levantar las manos se lía a ostias con la mano abierta mientras le llueven palos… Por qué ese Bane de andar por casa está liando el taco por una mano que el árbitro no ha pitado en lugar de estar en Madrid dándole galletas a todo el Congreso.

Este tinglado está tan bien montado que los realmente peligrosos, los violentos, o están controlados o están comprados (Fuerzas de Seguridad del Estado). Mientras que a las personas con principios se les ha convencido que el más importante de estos es la PAZ. Mientras que a los que hacen las leyes y a sus guardianes no les faltarán las armas. Porque en el fondo, en última instancia, el más fuerte siempre “llevará la razón”.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Trilogía del Fin del Mundo: Preludio



Porque todo esto no es más que un camelo.
Porque sólo hay borregos y pastores.
Porque la historia siempre es la misma, nada más que cambia el decorado.
Porque cuando miro la tele veo basura pero cuando miro por la ventana veo mierda.
Por el fútbol, Salvame, Gran Hermano y Viceversa.
Por la madre que esta tarde no ha dejado a su hijo echarle azúcar a la infusión porque ya se estaba comiendo un crêpe con chocolate.
Por el cambio climático, el Amazonas, la playa llena de mierda y Ojén in Flames.
Porque si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida; y si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían.
Porque aprendemos antes a decir “mío” que “yo” y luego sólo aprendemos a disimularlo.
Porque destruir es mucho más fácil que crear.
Por los que matan o se matan por las causas de otros.
Porque se puede ser inculto o gilipollas o, como mucho, las dos cosas a la vez.
Por el fracasado escolar y el universitario.
Porque el dinero llama al dinero pero la avaricia nunca rompe el saco.
Porque un colega vale más que mil estudios.
Por las jornadas de trece horas y los contratos de cuatro.
Porque en este mundo no existen los superhéroes pero sí los supervillanos.
Porque a Terry Pratchett le han diagnosticado Alzheimer.
Porque LA JUSTICIA NO EXISTE, SOLO EXISTO YO.
Por el yonki que roba en el callejón a cualquiera y el cocoso que roba desde su despacho a todos.
Por el Congreso, el Senado, los bancos, la policía y esos hijos de la gran puta.
Porque hay tantos políticos y tan pocas balas (y todas las tienen sus guardaespaldas).
Porque soy pacifista pero creo que la violencia puede utilizarse para el bien.
Porque este es mi propio que le den por culo al mundo.

Por todo eso y mucho más, aquí empieza la Trilogía del Fin del Mundo.