lunes, 19 de mayo de 2014

Juego de Truños: 4x05 - El Primero de su Nombre (SPOILER)


Esta entrada está dedicada a todas aquellas personas que aman la saga Canción de Hielo y Fuego y odian la serie Juego de Tronos. Por ello, aviso que este texto contiene gran cantidad de spoilers, teorías y lenguaje agresivo. Si no has leído los cinco libros publicados, no sigas leyendo.

Bueno, dada la “gran acogida” de mi primera crítica, la cual me ha aportado comentarios como “haters gonna hate” y mi nuevo mote, “el talibán”, aquí llega la segunda entrega con el capítulo número cinco, “El Primero de su Nombre”. Una crítica en la que reflexionaremos sobre personajes pasados, presentes y olvidados; la justicia poética y la facilidad de la HBO para convertir en asesino a cualquiera.

¿Dónde están los Greyjoy?


Cersei
Este quinto episodio comienza con un duelo de víboras, y no me refiero al dorniense, sino a la malvada Lannister y a la reinterpretada Tyrell, así que hoy empezamos con la reina regente, Cersei.
En esta escena vemos a la sufriente madre en la que se ha convertido a Cersei en la serie, si bien en esta escena puede parecer ser más teatrillo que realidad. Desde mi punto de vista este personaje se ha hecho “menos malvado” que como es en el libro, de la misma manera que con Jaime se ha hecho lo contrario.
En los libros Cersei Lannister se caracteriza por ser tan despiadada como Tywin, pero con unas motivaciones egoístas y temperamentales que le hacen perder el control de vez en cuando. Es manipuladora y no duda en usar su sensualidad y sexualidad para conseguir sus fines. Pero sobretodo, Cersei es la creadora de Joffrey Baratheon, es la que lo ha consentido y sobreprotegido de tal forma que se convirtió en el personaje que todos hemos conocido en los libros (pero de él hablaré después).
Mientras tanto en la serie la han convertido en una sufridora que lucha (despiadadamente) pero, ante todo, sufre. No me importa mucho que solo la hayamos visto con su primo Lancel, en la serie hay que ahorrar, no hay presupuesto para hermanos Kettleback (al menos de momento); aunque lamentablemente Tyrion no va a poder decir su gran frase de “…puede que hasta con el Chico Luna” (que no hay presupuesto, hombre). Pero volviendo a Cersei, lo que no me gusta es que hay demasiadas escenas en las que aparece hablando sobre su sufrimiento, como mujer, esposa, hija, etc. Y si bien esa parte concuerda con el personaje del libro, aparece varias veces (la escena de hoy es una de ellas) lamentándose porque su hijo “era un monstruo”. Eso no, nunca, era su mayor orgullo, su idolatrado primogénito, su pequeño; es más, en los libros podemos notar como el personaje de Cersei cambia cuando muere Joffrey, cayendo en una espiral de destrucción protagonizada por la paranoia, el alcohol y el juego de tronos.
Pero esta es otra, es que el Joffrey de la serie no es el mismo que el de los libros. Mientras que en los libros es un odioso niñato mimado con el poder y la impunidad de un rey; en la serie es un psicópata que llega al trono. La clave: en la serie es un asesino, en los libros no. En los libros Joffrey es cobarde, utiliza a otros para hacer daño y disfruta con el sufrimiento de los demás, pero nunca lo ejerce. En la serie sí llega a matar y a torturar, además de tener entre sus escenas  algunas con componente sexual (el sello HBO). En definitiva, un insulto al Joffrey original, que ni él mismo merecía.

El primero de su nombre

Daenerys
Como anuncié en la entrada anterior, le iba a tocar a Daario Naharis, al cual le han hecho ir a trabajar, junto con el resto del reparto de la Madre de Dragones, para una escenita de cinco minutos. A estas alturas de la serie me pregunto un par de cosas, pero la principal es dónde está Belwas el Fuerte.
De los cientos de cambios que han hecho en la trama de Daenerys, este es el que me ha mosqueado más, ya que el peculiar inmaculado es uno de mis personajes favoritos. Es cierto que su papel en los libros no es, al menos de momento, imprescindible, protagonizaba una de las mejores escenas, el duelo contra el campeón de Meereen. Escena que le han dado al infame Daario Naharis.
Como bien sabéis este personaje ha sido interpretado por dos actores distintos. Si bien ninguno de los dos se ha parecido ni por asomo al personaje real, extravagante a más no poder, la nueva interpretación no es más que un norteño cualquiera, si lo pusieras en cualquiera de las pasadas escenas de Robb al fondo, nadie le prestaría atención. Y no suelen molestarme los cambios de aspecto en los personajes, pero en uno como Daario Naharis, donde la apariencia es tan importante, es imperdonable.
Pero más imperdonable aun es lo que han hecho con el duelo de campeones en Meereen. Al haber omitido la existencia de Belwas el Fuerte le han dado la escena al mercenario, que al derrotar a su enemigo saca un cipote de plástico y mea de cara al público, devolviendo el gesto que hace el luchador enemigo antes del combate. Una porquería, incomparable a cuando, tras decapitar al campeón de Meereen, el bicharraco Belwas caga ante la ciudad sitiada y se limpia con la capa de su contrincante
Respecto a este personaje tengo la teoría de que originalmente iban a incluirlo e hicieron el casting para encontrar al actor que lo interpretaría. Y el elegido fue Nonso Anozie (quien interpreta a Xaro Xhoan Daxos), pero tras decidir modificar drásticamente toda la trama de Qarth, los papeles se redistribuyeron, creando al Rey de las Especias (cuyo aspecto concuerda con el de Xaro Xhoan Daxos) y convirtiendo al que hubiera sido un buen Belwas en un taimado mercader.

Belwas el Fuerte por Joe Harty©
 
Sansa
Siguiendo en la línea, esta es la trama más respetada con respecto al libro. De momento solo se ha omitido la visita Los Dedos, las tierras de Petyr Baelish, y el teñido de pelo de Sansa. Detalles sin importancia, salvo por el hecho de que la escena comience con Meñique advirtiendo a la joven Stark que el color de su pelo es peligroso. Supongo que la teñirán más tarde, en una escena rodada en algún baño grande, donde puedan salir de fondo mujeres con las tetas al aire.

Arya
Uno de los personajes favoritos de los seguidores tanto de libros como serie. Aunque podemos ver que su viaje con El Perro está siendo alargado en exceso, esto es comprensible, ya que el contrato seguramente durará toda la temporada.
Pero más importante que esos detalles es para mí reflexionar sobre una de las principales diferencias entre libro y serie: la justicia poética.
Si algo se caracteriza la saga de Canción de Hielo y Fuego es que es muy realista en el aspecto del azar. Sí, hay dragones y magia, pero no hay justicia poética. Los tramposos y traidores vencen sobre los nobles y justos, las venganzas rara vez son alcanzadas y, en especial, pocas veces las muertes son ominosas o heroicas. Estas son licencias a las que nos tienen acostumbrados el cine y la literatura común, pero George R. R. Martin ya nos ha enseñado que nadie es inmortal y que las tramas, como en la vida misma, pueden quedar abiertas y olvidadas, los personajes mueren sin desvelar secretos y sin descubrir toda la verdad.
La justicia poética y otras licencias son para que el público disfrute con el ocio o para instruir con una moralidad basada en la superstición. Por ello, la serie modifica la escena de la taberna, una de las pocas en las que Martin calma la sed de venganza de los lectores permitiendo que Arya mate a Polliver. Sin embargo, mientras que en el libro ella entra en un estado de enajenación apuñalándolo una y otra vez, en la serie recrea la situación en la que fueron capturados ella y sus amigos y lo mata con frialdad. De esta forma la transformación de Arya se adelanta mucho.
 
El hobbit Arryn y la compañía

Brienne
Toda esta trama de Brienne parece que va a poder resumirse fácilmente: nos encontramos ante un nuevo dúo humorístico. Lo más llamativo es que parecen haber otorgado a Podrik Payne el don del buen rollo. Todas las escenas en las que aparece son de cachondeo y no importa que personajes aparezcan en ella, estos sucumben al buen rollismo de Pod y no dudan en hacer chistes y poner muecas.

Bran
Y llegamos a la conclusión de los periplos de Bran y compañía por el torreón de Craster. Como buen relleno, todo acaba tal y como empezó. Mueren algunos extras, muere el personaje inventado de Locke que (que, para mi sorpresa, tenía como objetivo capturar al “pequeño” Stark), muere el malo al estilo Holocausto Caníbal, y cada uno a su casa que ya hemos rellenado otro medio capítulo, que junto con la mitad del capítulo anterior ya hacen un capítulo completo de relleno incoherente y absurdo.
Pero sí hay algo definitivo en todo este relleno, al igual que hicieron con Joffrey, han convertido a Bran en un asesino. Podrían haber hecho que Bran, en el poderoso cuerpo de Hodor, matara por accidente a su raptor. Pero en lugar de eso han decidido que le parta el cuello como si fuera una rama seca. Que por otro lado es absurdo, en lugar de hacer que, por ejemplo, Hodor lance a su enemigo y este caiga golpeándose contra una roca o que lo golpee varias veces, y dada la inconmensurable fuerza, lo mate; han decidido que, al estilo Cesar Millán, el experimentado cuchillero quede doblegado al ser agarrado por la “pinza de la dominación”, ni se retuerce, ni lanza puñaladas, ni patadas ni nada, se deja matar y listo.

Y hasta aquí el capítulo de hoy, con nuevos y jóvenes asesinos, pocas tetas y mucho relleno más allá del muro. Próximamente más, que al parecer está todo el mundo que no caga con el capítulo seis.

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