viernes, 9 de noviembre de 2012

Trilogía del Fin del Mundo - Parte III - V de Violencia



¡SPOILER! A lo largo de esta entrada hablaré, evidentemente, sobre V de Vendetta, la novela gráfica de Alan Moore posteriormente adaptado a la gran pantalla por l@s magnífic@s Wachowsky brother and sister como guionistas. Al igual que en las dos anteriores entregas de esta trilogía no sólo habrán spoilers sobre la historia, si no que sin conocerla, esta entrada tendrá menos sentido aún del que ya tiene. Por supuesto, si no has leído el cómic o visto la película no sólo tendrás algo pendiente que hacer en la vida, si no que este es el momento adecuado para hacerlo.

Si La Trilogía del Mundo va sobre que la sociedad está hecha una mierda y los justicieros del noveno arte, es lógico que la última entrega esté dedicada a una de las mejores distopías que he conocido: V de Vendetta.
La principal diferencia entre el cómic y la película radica en la complejidad de la historia, mientras que la película se centra en los personajes de V (Hugo Weaving) y Evey (Natalie Portman) en la obra original de Moore el resto de personajes tienen papeles más importantes, profundizándose más en la ambientación, en el cómo y por qué se ha llegado al momento concreto de la historia, etc.
En un futuro Inglaterra se encuentra bajo la opresión de un sistema totalitarista. V, un terrorista que oculta su rostro bajo una máscara de Guy Fawkes, se propone liberar al país al tiempo que lleva a cabo la venganza contra aquellos que le convirtieron en lo que es ahora.
Me viene a la cabeza cuando en el colegio leías un texto y había que decir el tema y el resumen. El párrafo anterior sería un muy breve resumen de la historia, pero si tuviera que elegir cual es la idea clave, cual es el tema, elijo una frase que dice V en la película y que no recuerdo que apareciera en el cómic:

“La violencia puede emplearse para el bien.”

Esa no sólo es la esencia de V de Vendetta, si no que lo es prácticamente de todo lo producido en el género de los superhéroes. Hacer justicia a base de palos. Por mucho que el profesor Charles Xavier mantenga un discurso pacifista los X-Men siempre están dándose de ostias con quien toque. Esta contradicción siempre me ha llamado la atención, y en personajes más serios (Batman y Superman) la profundidad moral que pueden alcanzar las historias es sorprendente. Pero una de las claves de los cómics de superhéroes es que estos nunca se enfrentan a los malvados de la vida real, a los opresores de los débiles. En los cómics siempre hay supervillanos, ya sean alienígenas, mutantes, demonios o megapsicópatas con habilidades que más bien son superpoderes; siempre hay algo más grave que los políticos corruptos, las multinacionales explotadoras o los gobiernos opresores. Como mucho, se enfrentan a alguna organización criminal mafiosa, pero al sistema ni tocarlo (en todo caso si alguien lo toca son los villanos). Y eso es lo mejor de V de Vendetta, que los malos son demasiado parecidos a los que encontramos en la vida real, sobretodo en los tiempos que corren.
Por otro lado, una forma de legitimar el uso de la violencia por parte de los superhéroes es que esta se presenta como única defensa contra el mal, dado que el mal no presta a razones. Aunque Batman se siente a dialogar con el Joker, este va a acabar intentando matar a alguien y la única manera de detenerlo será a base de palos. Este es el mismo arma que utiliza el gobierno para justificar los actos violentos por parte de la fuerzas de seguridad, porque el que pega primero es el violento, el que responde “sólo” es una víctima que se defiende. Pero la violencia no es golpear, no es tirar una piedra o una botella. La violencia es algo mucho más complejo.

Vas a perder tu trabajo.
Vas a pasar hambre.
Vas a acabar en la calle.
Vas a ir a la cárcel.
Vas a morir.

La limitación de nuestras propias decisiones basada el miedo es la forma de violencia más extendida en el mundo, porque el miedo es el motor de las masas. Por ello, hasta que no se llega al extremo en que no se tiene miedo a estas amenazas, no se actúa.

Nota: Sé que debería haber escrito esta entrada el 5 de noviembre, pero no ha sido así, punto negativo.

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